Instrumentos

Desde muy joven me ha fascinado la luthería. Recién llegado a Francia con 18 años, descubrí un universo completamente distinto: aprendí a reconocer autores, a entender cómo la historia y el mercado influyen en el valor de un instrumento, y a comparar calidades y precios. En España, por desgracia, las prácticas comerciales que conocía ofrecían instrumentos excesivamente caros para su calidad real, y muchos compañeros terminaron con piezas de dudosa procedencia que después no pudieron vender. Esa realidad despertó en mí el deseo de aprender más y de buscar violines con personalidad y una construcción sólida. Mi propio violín, con el que gané importantes plazas y desarrollé mi carrera artística, es la prueba de que se puede encontrar un instrumento de calidad sin gastar sumas desorbitadas. Hoy, esa misma filosofía guía mi selección.

A diferencia de una tienda o taller de luthería tradicional, donde comerciantes reciben a menudo instrumentos a comisión y se prioriza la fama del autor por encima de su verdadero valor sonoro, yo selecciono personalmente y compro, con criterio de violinista, aquellos violines que realmente me convencen. Cada instrumento que pongo a la venta es una apuesta personal: lo he probado, lo he elegido y lo recomiendo como recomendaría el mío propio.